viernes, 22 de marzo de 2013

Gran actuación de Carlos Ortigosa en la Vuelta Aragón BTT


Lo más paradójico de todo es que sus patrocinadores están encantados con la publicidad que les hace Carlicos. No me negarán que resulta difícil de entender a la vista de lo "bien" que se aprecia el mensaje publicitario.

Les voy a confesar una cosa. Llevo “trabajando” como becario ya unos añicos en El Carajillo Alegre haciendo las funciones de redactor de este blog. Durante todo este tiempo he mostrado una buena predisposición e iniciativa ante todos los encargos que el Consejo de Administración ha tenido a bien encomendarme, siempre con la estéril ilusión de hacerme merecedor de un contrato en la casa. Jamás me he negado a escribir sobre cualquier tema que se me ha planteado por muy polémico y embarazoso que éste fuera. Me precio de ser un avezado lector al que no le cuesta juntar unas cuantas letras, con mayor o menor fortuna, para expresar lo que pienso o me mandan desde las más altas instancias carajilliles. Sin embargo, hoy se da una circunstancia insólita desde que asumí esta responsabilidad. Hoy me cuesta sobremanera aporrear el teclado del ordenador con la vana intención de contarles algo coherente sobre ciclismo, habida cuenta del encargo encomendado por mis superiores.


Son conocedores los más fieles lectores de El Carajillo Alegre que admito a regañadientes que la disciplina del montamblás sea ensalzada en los altares del Ciclismo como una deidad más. Que considerar ciclismo a labrar con esos engendros de ruedas con tacos por los campos de labor es poco menos que una blasfemia. Por ello entenderá, paciente y comprensivo lector, que cuando me anexaron las fotos que ilustran este artículo como apoyo al encargo de escribir sobre la primera edición de la Vuelta Aragón BTT, glosando las proezas del carajillo Carlicos, apenas pude ahogar un grito de espanto al contemplar horrorizado su flamante maillot de Campeón de Aragón que se intuye bajo el espeso barro que le cubre entero. Jamás las cuatro barras de gules sobre oro, que antaño fueron testigo de incontables conquistas para mayor fama de los reyes de Aragón, viéronse mancilladas de esa manera ni en el más cruento campo de batalla. Qué más da que Carlicos “Bombardero” Ortigosa finalizara en un magnífico sexto lugar en la clasificación absoluta, lo que le valió para recibir el premio como segundo Máster-30, si acaba la carrera de tal guisa, como muestra el documento gráfico en cuestión. Que más da que fuera uno de los poco más de cien participantes, apenas un tercio de los que comenzaron la aventura, que tuviese los arrestos de hacer frente a una dantesca tercera etapa en la que muchos vieron sus esperanzas rotas a la vez que lo hacían sus bicicletas. Poco importa que con esta gesta Carlos vuelva a demostrar la clase que atesora a la hora de darle a los pedales bien sea en el ciclismo, léase con la bicicleta de carretera, bien con el chisme ese lleno de barro que aparece en una de las fotos que “adornan” estas líneas. Lo siento, amables lectores, por esta vez no puedo cumplir con el encargo que me han encomendado desde El Carajillo Alegre… aun a riesgo de poner en peligro mi precaria ocupación laboral.