domingo, 6 de febrero de 2011

Buen orache


Época de contrastes meteorológicos y, en apenas siete días, hemos pasado de un fin de semana lluvioso a otro con un clima increíble para las fechas que nos ocupan. De ello se encargó el pertinaz viento zaragozano, el famoso Cierzo que no cejó, durante los días de hacienda de la semana, en su empeño por arrastrar a las amenazadoras y húmedas nubes lo más lejos posible del Valle del Ebro. Y a fe que lo consiguió.


El domingo disfrutamos de la visita de Samuel. Un compañero calagurritano del equipo de algunos carajillos, el BETON, que tuvo a bien acompañarnos por estas tierras anejas a la capital del Reino que le fascinaron por su parecido orográfico a la palma de una mano, en claro contraste con los parajes en los que acostumbra a rodar por Calahorra. Sin embargo, no puedo llevarse el recuerdo, siempre imborrable, del típico “souvenir” ciclista zaragozano: el anteriormente nombrado Cierzo. Otra vez será.


Por lo demás, la bici ha sido una buena excusa, en la jornada dominical, para aliviar las consecuencias calóricas de diversos dulces con sugerentes formas que sirvieron la víspera para celebrar el día de las mujeres, con motivo de la festividad de Santa Águeda.

“(…)
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
(…)”

“La mala reputación” de Georges Brassens.