miércoles, 24 de noviembre de 2010

Semana Aragonesa 1986

Eran otros tiempos, pero aunque les cuesta creerlo, en esta tierra llamada Aragón, antaño se celebraban pruebas ciclistas de cierta importancia. Por referirnos a las más cercanas en el tiempo, les contaremos que hubo un tiempo en que este territorio albergaba una vuelta y una clásica para profesionales. La Vuelta a Aragón y la Clásica Zaragoza-Sabiñánigo que luego pasaría a denominarse, simplemente, Clásica de Sabiñánigo, reunían a la élite del ciclismo de la época. Como es evidente, ambas descansan en el fondo del baúl de la memoria. La misma suerte que han corrido pruebas de la categoría de plata del ciclismo como la Semana Aragonesa de Ciclismo, por citar la más importante, que también cambió su nombre por Vuelta a la Comunidad Aragonesa.


La Semana Aragonesa era una de las carreras por etapas más prestigiosas del calendario aficionado español. No en vano, apellidos como Indurain, adornan el palmarés de la misma. En esta ocasión, nos detendremos en la edición de 1986 que tuvo como vencedor a Luc Suykerbuyk. Este espigado holandés, natural de Nispen, se erigió aquella temporada en el gran dominador de la temporada amateur española, lo que le catapultó a la máxima categoría en las filas del Dormilón, del que era filial el Monver, equipo en el que militaba. Un año más tarde, pasaría a formar parte del equipo Chocolates Zahor, heredero de otro con raíces aragonesas como fue el Chocolates Hueso, no abandonando dicha estructura, que pasaría a denominarse Lotus-Festina, hasta el final de su carrera deportiva en 1992. Durante esas seis temporadas, Suykerbuyk se anotó cuatro victorias, destacando la sexta etapa de la Vuelta a España 1989 que rendía viaje en Avila, amén de la mítica etapa de la Vuelta al País Vasco con final en el Alto de Ibardin en 1988 y una etapa de la Vuelta a Murcia en 1990. El triunfo en el critérium de Bavel (Holanda) completa su palmarés profesional.

Por parte local, César Latorre y Javier Ruiz, ambos pertenecientes al equipo CAI, fueron los mejores aragoneses clasificados, colocándose entre los diez primeros de la general de una carrera que tuvo, como acto inaugural, una etapa que se disputó en un concurrido circuito en el Paseo de Pamplona de la capital del Ebro. Precisamente, ambos corredores fueron protagonistas, de manera dispar, de dicha jornada. César Latorre protagonizó la anécdota de la etapa al esprintar por la victoria una vuelta antes de tiempo, de lo que se dio cuenta mientras levantaba los brazos triunfante y el resto del pelotón seguía porfiando, un giro más, por la gloria. Pese al esfuerzo a destiempo, a la postre, lograría una meritoria plaza entre los diez primeros en la etapa. Unas vueltas antes, Javier Ruiz sufrió una caída que hizo saltar todas las alarmas al tratarse de unos de los corredores con más opciones para el triunfo final en la vuelta. Afortunadamente, el incidente no tuvo consecuencias.


Luc Suykerbuyk se llevó la clasificación general de la Semana Aragonesa 1986, sucediendo en el palmarés a Marino Alonso.


El Paseo de Pamplona fue escenario de la primera etapa de aquella edición de la Semana Aragonesa. El numeroso público zaragozano tuvo la oportunidad de ver a los mejores equipos aficionados (hoy les llamaríamos elite/sub-23) como Cajamadrid y La Brasileña. Por cierto, el jovencito del Cajamadrid hoy en día es una de las referencias del ciclismo master mundial.


César Latorre tenía tantas ganas de ganar ante su público que esprintó por la victoria una vuelta antes de tiempo. En la imagen, Fernando Orquín enfila el pelotón en favor de las opciones de su rápido compañero de equipo.


El propio líder comanda el selecto grupo en la otrora mítica ascensión al Casino Montesblancos. En la fila, en séptima y octava posición, podemos observar a Javier Ruiz y César Latorre, respectivamente. Este último, fácilmente diferenciable por el maillot blanco de primer aragonés.


El mítico maillot blanco que distinguía al primer aragonés clasificado en la general. Este fue uno de los muchos que vistió César Latorre y que tuvo la deferencia de regalar al que escribe estas líneas, hace ya unos cuantos añicos.