viernes, 25 de junio de 2010

Campeonato nacional

Es éste el fin de semana de los Campeonatos Nacionales por excelencia. Donde, tanto profesionales como amateurs, dilucidarán quién tendrá el honor de portar la enseña patria sobre su pecho durante un año. En El Carajillo Alegre tenemos nuestra propia premonición de cara al título profesional francés. Sin duda, los corredores del equipo AG2R-La Mondiale son nuestros favoritos. Nos reafirmamos en la teoría de que estos ciclistas poseen una motivación especial por esta carrera, que les posibilitaría la oportunidad de no tener que lucir durante unos meses la horrible indumentaria de su equipo.

Campeonato C.R.I. Suecia. Detalle de la rampa de salida y del podio compuesto por Gustav Larsson, Sebastian Balck y Fredik Kessiakoff. No me negarán que estos suecos llevan a gala el estilismo IKEA hasta la saciedad.


En España el Campeonato se celebra en tierras albaceteñas. Lejos quedan aquellos años en que se celebraron, casi de forma consecutiva, dos certámenes en la localidad altoaragonesa de Sabiñánigo. A colación de dicha efeméride, permítanme que aproveche la ocasión para narrarles una anécdota o, si prefieren, un “cuento del abuelo Cebolleta”.


Alto de Cartirana. Todo un lujo ver pasar escapado al gran Miguel Indurain. Como quiera que el ritmo del pelotón no era el deseado por él, de cara a su preparación para el Tour, decidió escaparse y realizar el “entrenamiento” adecuado.


Allá por 1994, a cuatro globeretes, que hoy hubiéramos catalogado sin empacho como “carajillos”, no se les ocurrió mejor idea que participar, a finales del mes de Julio, en L’Isard-Bahamontes, la ciclodeportiva más importante que se celebraba en el Pirineo, cuyo punto de partida se localizaba en la localidad francesa de Argeles-Gazost y culminaba en la cima del Hautacam, luego de dar cuenta de otros míticos colosos como Tourmalet y Aubisque.


Alto de Cartirana. Dice la leyenda que cuando le cazó el pelotón en la última vuelta, al pasar por el hotel "Mi Casa", donde se alojaba Banesto, se paró a cambiarse de ropa y prosiguió su entrenamiento hasta Pamplona.

Aquellos “estalentados” bicicleteros se afanaban en robar preciosos retazos temporales a sus obligaciones académicas, tres de ellos, y profesionales, el otro, para poder dedicarlas a prepararse lo mejor posible para tamaña empresa. Mariano, hoy conocido como "El Tío el Piolet" (versión montañesa del “Tío la Vara”) que por aquel entonces estudiaba Físicas, era el que más tiempo le dedicaba a la bici, mientras que Willy y Felis quedaban los miércoles por la tarde para hacer un par de horas y los viernes, tras acabar las clases de Empresariales e Ingeniería, respectivamente, más temprano que el resto de la semana, aprovechaban para subir al alto de San Esteban. A Juanjo, el negocio familiar en el que trabajaba, apenas le dejaba tiempo libre para poder disfrutar de la bicicleta.

Alto de Cartirana. Pelotón perseguidor comandado por Juan Martínez Oliver (Castellblanch).

Alto de Cartirana. Dentro del grupo, se puede divisar a Fernando Escartín, reconocible bajo la gorra de Mapei.

Aprovechaban cualquier excusa para conjugar los entrenamientos con la asistencia a eventos ciclistas que les apasionaban. Es por ello, que la celebración de los Campeonatos de España para profesionales que ese año se celebraban en la localidad serrablesa de Sabiñánigo, era una disculpa ideal para rodar por aquella privilegiada zona pirenaica y, de paso, presenciar las evoluciones de los ídolos del pedal.


Sabiñánigo. El grupo, a la altura de la estación de autobuses, encabezado por Joan Llaneras (ONCE), seguido de Díaz de Otazu (ONCE) y Rubén Gorospe (Euskadi). Un poco más atrás, con el maillot azul de Mapei, se distingue a Abraham Olano que sería, a la postre, el vencedor de la carrera.


Mariano que era el mejor conocedor de la redolada, había ideado un recorrido que Felis no pudo disfrutar, porque a la hora de montar la bicicleta, instantes antes de emprender la excursión, se le partió el eje de la rueda trasera de su Pinarello. Mientras Mariano y Willy se dirigían hacia las primeras estribaciones del Cotefablo, Felis decidió que era un día ideal para introducir en su preparación una sesión de senderismo que le llevase a las proximidades de Cartirana, donde la carrera daba una serie de vueltas al mítico circuito que subía hasta dicha localidad. Además, aprovecharía para hacer unas fotos con la Yashica de su padre que adornan estas líneas.


Willy posando en 1994 con su mítica Zeus Revival.

Mariano que, como ya he referenciado unas líneas más arriba, gozaba de un estado de forma mejor que el de sus compañeros, subía las rampas del Cotefablo con una facilidad pasmosa, máxime si la comparamos con la dificultad con la que pedaleaba Willy. Compadeciéndose del trance de su amigo, tuvo la deferencia de darle conversación, intentando que apartase de su cabeza los rigores del sufrimiento que el ácido láctico infringía en sus maltrechas piernas. Así comenzó diciendo: “Pues te he traído por aquí, porque en esta época del año está todo muy bonito. Está lleno de flores y huele maravillosamente”. Segundos más tarde, entre estertores, con los ojos saliéndose de las cuencas, Willy que ya evidenciaba una mortecina palidez, acertó a advertir, no sin agónico esfuerzo: “Es… que… soy… alérgico… al… polen… cabr… !”.

Mariano, en una imagen de 1993, con su no menos mítica chaqueta térmica modelo "Nazareno".

L'Isard-Bahamontes'94. Felis y Willy subiendo el Tourmalet (por Bareges).