jueves, 12 de marzo de 2009

V G. P. Moros


El pasado domingo se celebró la quinta edición del G.P. Moros. Después del vendaval del día anterior en Huesca, la mañana amaneció en la comarca de Calatayud soleada y con una temperatura ideal para correr. De nuevo, como viene siendo tónica habitual en las carreras de esta temporada, récord de participación con 162 corredores en línea de salida.


La carrera se desarrolló a una velocidad vertiginosa, no apta para disfrutar del paisaje y de la conversación. Lo bueno de esto es que en las últimas carreras, no vean ustedes lo que se ahorra uno en barritas, geles y demás “guarreridas” varias para comer. A la velocidad que se va y dado lo poco que duran ahora las carreras, la ingesta de alimentos se hace innecesaria. Los equipos, en un futuro, deberían incluir en su fondo de armario monos contrarreloj que, sin duda, se antojan como la prenda más adecuada a este tipo de pruebas.

Falta de respeto. Vergonzosa actitud de Tajadín. Mientras los demás sufren, él se parte el pecho.


Ya metidos en la vorágine de la competición, nuestros carajillos debían defender dos maillots de líder de la Copa Aragonesa Máster, mas un inoportuno pinchazo privó de tal menester al titular de la categoría Máster-40, Willy. No obstante, la tristeza por la pérdida de tan preciada prenda fue mitigada por cuanto recayó en las espaldas de otro compañero, en este caso de Gerardo. La de Máster-30 pudo ser conservada por Felis, pese a sufrir en los últimos metros una caída, sin consecuencias, ocasionada por un participante que se le hizo corto el recorrido de la carrera y decidió hacer más kilómetros trazando amplias “eses” en la dura rampa final, yendo de lado a lado y no atendiendo a la advertencia del carajillo que veía impotente cómo no había suficiente asfalto para los dos ante la inminente cerrada del madrileño en cuestión.

Destacar también la confusión que se generó durante la disputa de la carrera, pues en un momento de la misma, Felis se percató de un despiste imperdonable. Se había traído de la carrera del día anterior en Huesca, por error, un considerable dolor de piernas que no podía ser suyo. Como quiera que circulaba cerca de él en el pelotón Dani Arnal, compañero de aventura la jornada precedente, Felis le preguntó por las citadas molestias en sus extremidades, sugiriéndole que si eran suyas que gustosamente se las devolvía en ese mismo momento, a lo que el del Somontano le respondió que no gracias, que él también se había traído de Huesca un nada despreciable dolor de piernas como recuerdo del Memorial Cabrero y tenía ya bastante.

Por cierto, la carrera se la llevó un madrileño que, un año más, prolongó el maleficio que impide ganar a un aragonés en Moros.

Jesús y su pepino. El de Tubular con su flamante Cervélo.