jueves, 4 de diciembre de 2008

No apetece

Momentos complicados para El Carajillo Alegre. Apetece hablar de todo y de nada. De lo de dentro y de lo de fuera.
De lo de dentro, alegría porque Gerardo va a ver afectado su rendimiento deportivo en las próximas semanas. Fuentes bien informadas nos aseguran que un aspecto fundamental de su preparación, el que los expertos denominan entrenamiento oscuro, se va a ver alterado en lo sucesivo. Parece ser que nuestro carajillo no duerme lo suficiente. Menos mal que su olfato selectivo e inmune a determinados aromas, le va a hacer más llevadera la nueva tesitura a la que se enfrenta.
De lo de dentro, también tristeza, pero mucha fuerza que vamos a transmitir a otro carajillo ilustre en estos duros momentos.

De lo de fuera, lo fácil sería hacer leña con lo de los peloteros que resulta, mire usted por donde, que también tienen sus vergüenzas que esconder y emergen escándalos, por más esfuerzos que hagan los “juntaletras” de los medios de comunicación por minimizarlo. Los bicicleteros echamos de menos esos titulares grandilocuentes que nos acostumbran a regalar cuando la sombra del delito cubre nuestro tejado. Como digo, lo fácil sería hablar de eso, de cómo el negocio del balón falsea resultados para beneficio de unos con la aquiescencia, si no con la complicidad, de los más altos mandatarios y del agravio comparativo con nuestro deporte. Por supuesto, lo fácil sería reconocer que realmente estas noticias, veladas y con cuentagotas, que destilan los resignados medios no nos sorprenden en absoluto ni a nosotros, ni a los que sustentan ese multimillonario chiringuito comprando entradas, camisetas, partidos por televisión ... Reconozco que sería lo más fácil, en estos momentos, hablar de todo ello, pero no lo vamos a hacer. No nos apetece.


Tampoco nos apetece hablar de la imponente y amenazadora imagen de Lance Armstrong, embutido en ese traje negro de superhéroe “livestrong”, al que sólo le falta la capa. Del master en diplomacia que han cursado, a marchas aceleradas en los últimos días, el insigne americano y el de Pinto y del que ambos muestran sus conocimientos, intentando explicar que si “yo te ayudaré si la carretera así lo dictamina, ... pues yo más, ... que no tonto que yo más”.
Tampoco vamos a hablar de ello. No nos apetece.